El Sol, ¿aliado o dañino?

El Sol, una fuente inagotable de beneficios sí. Pero como todo, hay que saber usarlo con moderación y con cuidado. Y es que por bueno que algo sea, en exceso o mal utilizado, puede tener unos efectos desastrosos.

 

El sol es fundamental para la vida. En pequeñas dosis, tiene un efecto beneficioso en el estado de ánimo o en la síntesis de vitamina D, que es indispensable para fijar el calcio en nuestros huesos. Pero para disfrutar de estos beneficios, son suficientes 15 minutos de exposición solar al día.

Durante todo el año, muchas o la mayoría de nosotras, nos cuidamos la piel y luchamos contra manchas, arrugas o acné. Pero llega el verano, y la obsesión por el obtener ese bonito bronceado nos hace perder la cabeza y de paso, todo lo que hemos conseguido mejorar durante el invierno. No busques la razón de una piel luminosa, sin manchas y apenas sin arrugas solamente en tratamientos o  100 cosméticos con propiedades milagrosas. Todos los cuidados y mejoras obtenidas con mucho tesón pasarán a la historia si no cuidas tu piel bajo el sol.

Si tras mucho esfuerzo, hemos conseguido incorporar a nuestra rutina diaria la limpieza, el serum o una hidratante… ¿Por qué no hacer lo mismo con la protección solar? Incluso, si quieres minimizar el esfuerzo, puedes apostar por 2×1 con las hidratantes que incluyen factor de protección.

En un nuevo intento de convencer a todas aquellas personas que piensan que cuanto más alto es el índice de protección, menos morena te pondrás, vamos a desmentir el mito que hará que a medio plazo, llores por tus arrugas, tus manchas y tu moreno deslucido.

La protección nunca impide el bronceado, sólo protege de los daños del sol como las quemaduras y el envejecimiento de la piel. Si ya estás morena o tienes un color de piel oscuro, sufrirás menos los daños del sol a corto plazo pero de igual modo los que crea a largo plazo. Debes seguir usándolo y no bajar el factor utilizado a menos de 20.

Desde conocer cuál es el solar que mejor te va según tu tipo de piel, nivel de actividad o reactividad a los químicos, alergias, zonas en las que vas a aplicarlo al correcto uso no sólo en verano, sino todo el año.

Pero no vale aplicarlo de cualquier manera. Hay unos sencillos pasos que te recomendamos seguir para obtener el máximo resultado:

  • Aplicar la crema 30 minutos antes de la exposición.
  • Reaplicar cada 2 horas, sobre todo en verano o cuando las condiciones de la piel lo necesiten.
  • Hay que elegir el nivel de protección que tu piel necesita. Las pieles más sensibles, finas o dañandas, deben usar un nivel de protección superior al de otras zonas.
  • Si te haces un tratamiento médico-estético antes de una exposición solar, no olvides proteger la piel del sol con índices altos. Queda mucho más sensible y aunque no haya exposición directa, lo más conveniente es elegir un SPF 50 o 50+.

 

cuidados con el sol

Otro de los mitos que queremos desmentir es ese de “comer mucha zanahoria” va a hacer que tu moreno aparezca casi como de forma milagrosa. Está totalmente demostrado que comer zanahoria como una loca no hará que te pongas más morena (ni lo consigas más rápido). El betacaroteno que contiene (igual que el tomate, la naranja y otras frutas) sí consigue estimular la producción de melanina y ralentizará el envejecimiento de tu piel. Conseguirás un tono más dorado (o incluso en ocasiones, puede que anaranjado), pero no hará que te pongas morena ni mucho menos que necesites menor protección.

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